¿Puede un ordenador tener duende?

La charla entre Juan Pinilla y MPV Music arrojó chispas entre flamenco, IA y compás en TAI Granada

En la sala Manuel de Falla del Palacio de Congresos se cruzaron dos mundos: el del arte jondo defendido por el cantaor y escritor Juan Pinilla y el de la creación digital del DJ y productor MPV Music. Entre flautas de hace 30.000 años y algoritmos generativos, la pregunta flotó: ¿la inteligencia artificial puede emocionarnos?

Durante cuarenta minutos de febril diálogo y música en directo en TAI Granada, dos grandes artistas completamente opuestos dieron sus visiones sobre si la IA puede, o no, «tener duende». Mientras el cantaor granadino defendía que la máquina «no posee alma ni pellizco al corazón», el productor digital la reivindicaba como «herramienta al servicio del artista».

El rincón izquierdo Cantaor flamenco | Juan Pinilla

Juan Pinilla Martín tiene una labor como cantaor, ha sido escritor, traductor, columnista y divulgador, combinando flamenco, poesía y compromiso social. Para él, el flamenco no es solo música, sino poesía viva, sentimiento colectivo y «duende», ese concepto que trasciende técnica y se hunde en el «pellizco emocional».

El cantaor abrió fuego declarando que «la IA no tiene alma, no tiene duende, así que no puede crear música». Añadió que aunque reconoce el impacto de la IA en el mundo, «no podrá pegarnos el pellizco en el corazón que nos pegó Camarón de la Isla». Por otro lado cuestionó cómo se le explica a una máquina «la profundidad del duende», ese aire, esa intensidad que trasciende lo técnico.

El rincón derecho Productor musical | MPV Music

MPV Music, artísticamente conocido como ‘MPV’, es un productor y DJ nacido en Granada y actualmente radicado en Madrid. Es fundador del sello Naz4ri Music, su área de acción atraviesa la música urbana, el pop y la electrónica, y defiende las herramientas digitales como aliadas del artista.

En su discurso, la IA aparece no como reemplazo del creador, sino como instrumento que amplifica, mezcla y potencia el sentimiento expresado por el artista humano. MPV, desde su posición como generación Z que ha crecido entre la facilidad de las pantallas, defiende otro ángulo diferente al de Pinilla. Reconoce que no toca instrumentos convencionales, y que su mundo es el ordenador y la creación digital. Afirmó que la IA es una herramienta más, que ayuda al autor a plasmar su sentimiento; «una IA por sí sola no puede crear música», insistió.

La sala se quedó completamente en silencio cuando el joven invocó el ejemplo de la IA generativa SUNO (nacida en 2023), empleada por él para crear una canción flamenca, aunque con precauciones: está «capada» para no copiar piezas existentes, pero admitió que «como todo programa informático tiene sus puertas traseras para saltarse condiciones».

Flamenco vs IA

Tras la demostración del productor de lo que puede conseguir con tan solo unos cuantos trucos y clicks, Pinilla no tuvo otra que admitir que aunque la voz de un cantaor puede parecer indistinguible para un algoritmo e incluso para el oído humano. Él sí encuentra diferencias en guitarra, compás, palmadas: «la IA no capta eso aún»; y acaba bromeando diciendo que en cinco años, como la IA siga mejorando así, tanto él como su compañero guitarrista, se quedarán sin trabajo. Una broma que se asoma.

La charla se interrumpió momentáneamente cuando el guitarrista malagueño Ismael Rueda subió al escenario para acompañar a Juan Pinilla en una interpretación donde el duende, según el propio artista, era el protagonista absoluto. Un momento que evocó que, al menos de momento, la emoción real sigue vinculada al cuerpo, al latido y a la mirada del intérprete.

Aunque arrancaron con posiciones aparentemente contrapuestas, alma frente a algoritmo, el encuentro no terminó en bloqueo. Al contrario, ambos admitieron posibilidad de colaboración, siempre que hubiera «una charla larga y tendida», según las palabras del productor musical.

La clave: entender la IA no como sustituta del arte humano, sino como ampliación, complemento o espejo. Este debate en TAI Granada encaja en un momento cultural donde la IA irrumpe en todos los frentes creativos: música, literatura, ilustración, incluso en la voz de poetas muertos. El planteamiento de «¿puede un ordenador tener duende?» funciona como metáfora de algo más profundo: ¿puede la tecnología aprehender lo humano, lo emocional, lo auténtico?

Juan Pinilla y MPV Music lo puso patas arriba: uno defendiendo que el duende es irreproducible, otro ofreciendo que la IA puede desbloquear nuevas vías sin robar el artífice.

El auditorio salió con varias certezas y alguna incógnita. La emoción en directo aún tiene un peso que la generación automática no ha alcanzado, pero ya está presente y no solo en la pista de baile sino en el estudio de grabación. Sin embargo se queda la incógnita de cómo será la próxima canción con sello humano y algoritmo y si el pellizco llegará o no desde un código binario.