La investigación en el ámbito de la astronomía se enfrenta a un gran desafío: el tratamiento de las cantidades ingentes de información que transmitirá segundo a segundo el Square Kilometre Array (SKA). Se trata del mayor radiotelescopio del mundo, una instalación con 200 antenas del tamaño de edificios de cuatro plantas, separadas por cientos de kilómetros. Granada, a través del Instituto Andaluz de Astrofísica, participa en la coordinación de este proyecto que ayudará a comprender el origen de la vida, y que requerirá el uso de la inteligencia artificial para el análisis de datos.
En TAI Granada,el investigador Javier Moldón, ha relatado los retos que supone el tratamiento de estos datos. El punto de partida ha sido una imagen de un conjunto de galaxias obtenida gracias a este tipo de aplicaciones. «Los avances requieren coordinación entre centros. Vivimos en una década excepcional. En ningún momento de la historia se han desarrollado instrumentos de la calidad y ambición que tienen hoy en día», ha relatado.
Para levar al límite las teorías de Einstein, el radiotelescopio SKA será capaz de entender el funcionamiento de moléculas complejas en galaxias lejanas, para así entender mejor la tierra. «Podremos explorar ámbitos que nadie había imaginado hasta ahora».
Las antenas producirán 250 terabytes cada segundo. Una cantidad imposible de transmitir o almacenar que la inteligencia artificial deberá analizar al instante. «Hay superordenadores que producirán imágenes para entender el universo», ha explicado.
La IA, opina Moldón, es la ciencia del futuro. Pero tendrá que ser supervisada. Que los datos estén etiquetados, que los algoritmos puedan entrenar. En ello jugará también un papel importante el Instituto Andaluz de Astrofísica.