La inteligencia artificial ha llegado a todos los sectores, también al de la medicina, en el que cada vez está cobrando un papel más importante. De hecho, ya se ha convertido en una herramienta clave para el diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades. Prueba de ello es que la Base Poblacional de Salud ha registrado en Andalucía un total de 752 millones de diagnósticos realizados mediante su uso.
En medicina, el ciclo de datos comienza con un uso primario que reside en el manejo del paciente. Así lo ha explicado en el congreso TAIGranada el experto en Big Data, salud e IA de la Fundación Progreso y Salud, Joaquín Dopazo, durante su ponencia ‘El ciclo de datos en el hospital’. «Cuando vamos al médico, el médico nos mira y en función del conocimiento que tenga, nos da un diagnóstico. Ese conocimiento se ha generado a base de fabricar y utilizar datos. A partir de nuestro biomarcador, sabe qué tratamiento debe aplicar», ha señalado.
Un uso secundario sería, por tanto, el aprovechamiento de los datos recabados durante el seguimiento del paciente para la investigación e innovación en medicina. Sin embargo, la extracción de datos médicos es «algo muy delicado» que puede acarrear diversos problemas. De hecho, según este experto, la anonimización total no existe, implica una degradación de datos. «La identificación y pérdida de datos son riesgos reales. Hay excepciones a la normativa y una es la investigación -ha señalado Dopazo- Toda investigación médica debe pasar previamente por un proceso de solicitud y aprobación».
En cualquier caso, «hemos conseguido algo que hace cinco años no se podía hacer, que es llevar el algortimo al dato en vez del dato al algoritmo», ha insistido. A día de hoy, a partir de analíticas y otras pruebas, el algoritmo toma una decisión. «De forma absolutamente automática, puede soltar alarmas», ha insistido Dopazo, que ha destacado los 752 millones de diagnósticas realizados en Andalucía, según datos de la BPS. En esta línea, además, ha recordado que Andalucía es la tercera región más grande de Europa, con 8,5 millones de habitantes (similar a Austria o Suiza), por lo que cualquier estudio que se haga en la comunidad andaluza «es mucho más potente que algunos que se hagan en otros países europeos».
Medicina preventiva
La inteligencia artificial también se puede aplicar a los Datos del Mundo Real (RWD), sirviendo principalmente como una herramienta de predicción, clasificación y detección. Como ejemplo, Dopazo ha señalado el uso de la IA como un predictor temprano de cáncer de ovario, que afecta a 1 de cada 78 mujeres y tiene una mortalidad del 75%. La detección temprana, por contra, permite la curación en un 90% de los casos.
Por último, Dopazo se ha referido a la IA degenerativa. «Esto no quiere decir que vaya a sustituir al médico. Sabemos que algo que se valora mucho es el contacto humano; el paciente no va a querer perderlo, así que ese trabajo está a salvo. Pero puede ayudar a hacer diagnósticos. Eso está funcionando. Es solo la primera generación»