El exeurodiputado Ibán García defiende la legislación europea y confía en alcanzar una regulación mundial común para evitar los riesgos que conlleva esta tecnología
El experto en inteligencia artificial (IA) Ibán García ha defendido esta mañana la necesidad de alfabetizar a la sociedad en el uso, los riesgos y las ventajas de esta nueva tecnología y, en ese sentido, ha destacado la importancia de foros como TAIGranada para conocer mejor un desarrollo tecnológico sobre el que hay «muchas incertidumbres y pocas certezas» porque se encuentra en plena evolución y sus límites no son conocidos.
«Como sociedad democrática debemos tener precaución y asegurarnos de que los beneficios de la IA –hay quien asegura que la productividad se puede multiplicar por siete– tengan un reparto equitativo y nadie se quede atrás», ha afirmado el director de Internacional de la agencia de comunicación y relaciones institucionales Lasker Consulting.
En ese sentido, ha asegurado que es una tarea social y política evitar «la brecha entre quienes se adaptan y quienes no» a esta innovación. Y ha matizado que no se trata solo de que las personas mayores aprendan a usar las nuevas aplicaciones, sino también de que los nativos digitales sean conscientes de los riesgos derivados del uso masivo de herramientas digitales, por ejemplo, con la gestión de los datos privados y la intimidad.
«No es necesario que todo el mundo sea experto en IA, pero sí que todos tengamos unos rudimentos mínimos –ha afirmado–. El gran reto es no tener miedo al cambio, pero sí prevención. Debemos anticiparnos a lo que venga en el futuro».
Europa, la primera en regular
En ese sentido, ha explicado la legislación europea sobre inteligencia artificial que entró en vigor el pasado agosto, en cuyo debate participó durante su mandato como eurodiputado entre 2019 y 2024.
En una intervención titulada ‘Así controlan los estados el avance de la IA’, García ha defendido en primer lugar la necesidad de regular «una tecnología tan poderosa que puede cambiar nuestras vidas», que no siempre somos conscientes de estar utilizando y que nos retrotrae a debates con connotaciones morales, éticas y hasta religiosas sobre qué es la conciencia humana. En ese aspecto, ha recordado que en el largo y complejo debate en el seno del Parlamento europeo participaron decenas de personas con ideologías, backgrounds e intereses muy diversos.
García, que se ha declarado «un gran optimista» sobre el desarrollo de la IA, ha apuntado que, si bien la Unión Europea ha sido el primer espacio político en regular esta tecnología y hay cierta sensación de que en el resto del mundo reina el caos, lo cierto es que numerosas propuestas normativas se están desarrollando en este momento en Estados Unidos, América del Sur y China. «El gran reto es conseguir un mínimo común denominador», ha concluido.
‘Minority Report’
A su juicio, la ley europea tiene la ventaja de basarse en el uso de la IAy sus riesgos, pero es adaptable a las «mutaciones tecnológicas» del futuro. Así, establece prohibiciones, como la del control biométrico de personas en espacios públicos o la ‘policía predictiva’ que describía la película ‘Minority Report’, en la que las autoridades persiguen a ‘delincuentes’ que aún no han cometido sus crímenes. La normativa también señala riesgos en ámbitos delicados como la medicina, la justicia o los procesos electorales.
El lanzamiento de ChatGPT en pleno debate obligó a los legisladores europeos a tomar medidas para obligar a identificar los productos creados por la IAgenerativa y ofrecer herramientas para que los creadores sepan si sus contenidos han sido utilizados de forma ilícita violando los derechos de autoría. «La ley no pretende arreglar todos los problemas y anticipar todas las soluciones, sino crear un marco de previsión sobre algunos ámbitos en los que la IAtiene un poder adicional», ha apuntado.