Entre tractores digitales, algoritmos y boletines 3.0, las Salas Andalucía del Palacio de Congresos pasan un día imaginando cómo será el campo cuando la IA lleve las riendas
El Palacio de Congresos de Granada se convirte en el epicentro de la inteligencia artificial ‘made in Andalucía’. Tres salas, Andalucía I, II y III, decenas de ponencias y un mismo mensaje, el futuro del campo, la administración y hasta el boletín oficial pasa por los algoritmos.
La Sala Andalucía I fue territorio de tractores digitales. Desde primera hora se habló de los casos de éxito de Andalucía Agrotech EDIH. Le siguieron ponencias sobre IA en el sector agroalimentario y ganadero, y un debate sobre los ‘espacios de datos federados’, ese concepto que suena a ciencia ficción pero del que depende buena parte de la soberanía digital del campo. Por la tarde, talleres prácticos mostraron cómo empezar a aplicar IA en la agricultura y cómo funcionan los nuevos centros demostradores de datos.
Mientras tanto, en la Sala Andalucía II, el debate giró en torno a la disrupción tecnológica en todos los sectores. Desde el BOJA 3.0, un boletín oficial que promete ser más accesible y digital, hasta ALIA, un modelo español de IA generativa. Se habló también de la inteligencia artificial cuántica, del gobierno del dato y de la ética de los algoritmos. El momento más participativo llegó con el Microsoft Ask Me Anything, donde los asistentes lanzaron preguntas en directo a los expertos.
La Sala Andalucía III miró hacia la administración pública. Se discutió sobre la gestión inteligente del dato, la innovación en el sector público y la implantación de la IA en entidades locales. Destacó la presentación de JuntaGPT, la inteligencia artificial ‘soberana’ con la que la Junta de Andalucía quiere dejar de ‘alquilar su futuro digital’. También hubo espacio para la perspectiva de género en la tecnología con WomanDigital, un algoritmo abierto, y para explorar cómo la IA puede ser aliada de empleados públicos y ciudadanos.
El mensaje quedó claro entre ponencias, cafés y talleres, Andalucía no quiere ser solo tierra de olivos, sino también de datos. Y en Granada, por un día, la inteligencia artificial tuvo acento andaluz.



