El Ceo de Alisys expone las múltiples aplicaciones de la robótica en el mundo actual y el gran papel que tendrá en un futuro próximo
La ponencia ‘La Inteligencia Artificial Física. El gran salto evolutivo’ ha sido la encargada de inaugurar este miércoles la tercera y última jornada del congreso, de la mano de Eduardo Gómez de Tostón, CEO de Alisys. Todo un visionario y un ingeniero industrial «hasta la médula» que tuvo desde bien temprano una visión de conjunto sobre esta temática. No en vano, creó hace 26 años Alisys con el objetivo de «mejorar la vida de las personas, empoderando a las organizaciones mediante tecnologías de la información, inteligencia artificial y robótica», hasta lograr en la actualidad 600 millones de interacciones con las personas a través de servicios de atención. Por ello, su empresa es «muy compleja» al integrar líneas operativas, el cuidado en la generación de datos y la robótica. Esta última desde hace ocho años. Un «flechazo» que sintió en San Francisco y «un trabajo difícil». A partir de entonces, empezaron a trabajar con software de gestión de flotas de robots para que pudieran comunicarse entre sí y con las personas.
Eduardo Gómez definió la IA Física como un «enfoque de IA en la que los sistemas están diseñados para interactuar de forma directa y adaptativa con su entorno». En su opinión «hemos entrado en la era de la guerra de las galaxias» en la que la propia máquina capta por sí misma los datos con respuestas precisas y contextualizadas en situaciones complejas.
En referencia al salto evolutivo, «vamos a tal velocidad que no somos conscientes de lo que está ocurriendo». Para ello, expuso unos gráficos explicativos sobre el hombre primitivo y el punto de inflexión que supuso que el hombre dejara de caminar sobre sus manos y las liberara para poder hacer uso de ellas. Desde entonces se disparó su inteligencia.
La segunda parte de su exposición estuvo centrada en los distintos tipos de robots que existen en el mercado, cuyo aprendizaje se realiza por refuerzo (Unitree G1, Walker S2, B2-W y Unitree A2). En la actualidad sus aplicaciones están enfocadas en ámbitos tan importantes como los de la industria, el hogar, seguridad y defensa, sociosanitario, first response, construcción, logística y transporte.
También se hizo eco de los handicaps a los que se enfrenta actualmente esta industria. Por un lado, la necesidad de aligerar el peso del robot humanoide, con una altura de 1,80, ante el problema que puede suponer una caída y por otro la autonomía del robot y la mayor duración de su batería.
A modo de conclusión destacó que el camino es «continuar adelante aprovechando las inmensas y maravillosas oportunidades que la robótica nos ofrece y ofrecerá, pero siendo muy conscientes de los retos que plantea para intentar anticiparnos y paliar en la medida de lo posible sus efectos negativos». Junto a ello, «la apuesta decidida de la sociedad por la robótica involucrando a todos sus actores» y, por último, la necesidad de «una estrategia nacional y europea en robótica asignando una gran cantidad de recursos. No se puede desistir de participar en la creación de la sociedad del futuro».



