¿Pueden máquinas y humanos realizar un mismo dibujo? ¿Cómo? ¿El público estará satisfecho con el resultado? Son algunas de las cuestiones que se han puesto sobre la mesa en esta primera jornada de TAIGranada, en la charla ‘IA vs ilustradores’ que ha dirigido el redactor de IDEAL José Enrique Cabrero. Junto a él, la ilustradora granadina Belén Ortega y la investigadora argentina Rocío Celeste Romero han debatido sobre los aspectos más preocupantes, las ventajas y los riesgos que presenta el uso de la inteligencia artificial en el mundo del cómic y la ilustración.
«El miedo de los dibujantes es que la IA basa su trabajo en un mix de cosas creadas por gente. Si a un dibujante se le penaliza por plagiar, ¿por qué no se hace lo mismo con la inteligencia artificial, porque no es un humano?», ha planteado en primer lugar Belén Ortega. Según ella, «vivimos en un mundo muy deshumanizado y el arte también se está deshumanizando». A la hora de ilustrar, «hay un proceso en el que yo, al menos, pongo mi vida, mi empeño, y da sentido al fin». «Si eso deja de tener valor, si el público empieza a comprar productos creados por máquinas y a no distinguir lo que supone el trabajo de una persona, no tendremos nada que hacer», ha señalado la dibujante de cómics como ‘Millenium Saga’ y ‘Batman: Urban Legends’.
En este contexto, ha hecho referencia a Marvel, que se ha edificado sobre el talento de dos dibujantes en concreto, y que ya ha usado una IA, lo que a ella le genera «miedo». Celeste Romero, sin embargo, considera que la IA será «un artista más». De hecho, los dibujos creados por inteligencia artificial tendrán detalles que algunos no podrán detectar, pero que un dibujante profesional sí apreciará, como que las proporciones no son correctas, pero «mejorará con el tiempo». «Así, igual yo solo tendré que hacer dos o tres dibujos para corregir algunos aspectos, pero no los mil quinientos que tengo que hacer ahora», ha comentado la argentina.
Sin embargo, Ortega ha asegurado que «hay gente que ya se está quedando sin ese tipo de trabajos», como ilustradores de periódicos, por ejemplo. «Igual al periódico no le importa cuánto tiempo invierte el profesional en eso, así no tiene que hablar con nadie y el resultado que busca puede ser muy similar», ha comentado. «Evidentemente, si quieres calidad, no te la va a dar la inteligencia artificial», ha irrumpido su compañera. En cualquier caso, Ortega ha insistido en que cada dibujante de cómic tiene una manera «muy particular» de interpretar un guion y «eso va a ser lo difícil para una inteligencia artificial, hacer un refrito saltándose esa parte».
El duelo definitivo
Y como no podía ser de otra manera, la inteligencia artificial y la ilustración tradicional se han enfrentado cara a cara en TAIGranada. «Orejas grandes, bigote y barba». Siguiendo las pautas de José Enrique Cabrero, Belén Ortega y Rocío Celeste Romero han aceptado el reto de realizar el mismo encargo. La primera lo ha hecho a mano alzada, en un cuaderno de toda la vida carboncillo en mano. La segunda, sin embargo, ha optado por Leonardo IA, un software que permite dibujar con diferentes estilos.
El resultado del algoritmo de la inteligencia artificial ha generado expectación entre el público. «Basta con darle algunas directrices para que sepa lo que quiero. Curiosamente, ha generado un hombre de mediana edad y origen caucásico. Es sorprendente, especialmente por la inmediatez, aunque puede que no sea tanta si tenemos que hacer alguna modificación»; ha admitido la argentina. Ortega, por su parte, ha entendido que «es posible que coexistan la IA y la ilustración tradicional». Eso sí, como ha apuntado Cabrero, «el papel tiene un valor incalculable».